domingo, 30 de octubre de 2011

La publicidad argentina vs la peruana: una forma diferente de educar.



Recuerdo muchas conversaciones con varios profesores de cursos de publicidad: debates dentro de clase en los que se hablaba sobre la publicidad argentina como una diosa lejana que generaba una luz al final del túnel para los publicistas peruanos. Algunos creían, al igual que yo, que el futuro de los publicistas estaba en seguir el modelo y camino que trazaba nuestro país hermano, ya que, según mi opinión, ellos tienen el más alto rango de Latinoamérica. 


El asunto que he podido rescatar,  desde el momento en que se me vino la idea de escribir sobre esto, fue la gran diferencia en que los públicos son trabajados; para poder entender esto siempre es más fácil explicarlo con ejemplos:


Anuncio detergente ALA (Argentina)





Anuncio detergente Marsella Max (Perú)





En los videos, lo que se ve, en esencia, es lo mismo: vender un detergente a las madres; la única diferencia es la forma de cómo transmiten el mensaje. En Argentina, a lo largo del tiempo, las campañas han buscado generar una suerte de enseñanza entre su público objetivo, llevándolos a que, mientras más pasen el tiempo expuestos a los spots que les generen “pensar” un poco más, agudizarán su mente a un nivel mayor. La publicidad argentina sabe exactamente lo que quiere el público, quiere algo que conecte de una forma única, de una forma que les mueva el piso. De esto se dieron cuenta tiempo atrás y han sabido irlo trabajando por largo tiempo.


En el caso de la publicidad que observamos en nuestros televisores, los mensajes que reflejan son más directos, no te hacen pensar y te lo dan todo masticado. Te dicen “las cosas como son” y, como el ama de casa lo ve en el hogar, ¿no sería mejor cortar con esa rutina que, si bien hace que el ama de casa se sienta identificada, genera un lugar muy común en la mente de las personas? Sin ir muy lejos, en el Perú ya se ven muchas campañas que se están desviando de este tropiezo con los lugares comunes; esto es una buena señal para seguir mejorando y tener una mirada mucho más variada de la publicidad.

viernes, 21 de octubre de 2011

El ocio creativo: un ocio no tan ocio


Como diría Luciano, mi profe de creatividad publicitaria, y muchos más “un proceso creativo es algo por lo que pasamos todos para poder conseguir ideas”: lo usamos para proyectos empresariales, para el arte, para la publicidad; pero, para poder ver que está funcionando, que estamos pensando de una forma acertada, tenemos que ver las ideas fluir. Por “ver” las ideas fluir no me refiero a  romperse el coco pensando y ver como la sangre corre, sino a seguir una serie de pasos, como todo buen proceso, para poder llegar a una satisfactoria conclusión.

El proceso creativo tiene muchas partes, pero, en esta ocasión, para explicar algunas experiencias un poco extrañas que están ocurriendo en las últimas semanas, solo me centraré en uno de los pasos: EL OCIO CREATIVO. Para poder llegar a este paso, hay que pasar una serie de obstáculos o ir sorteando una sucesión de niveles que van aumentando su dificultad a medida que vamos avanzando, como si fuera un video juego. 

En los procesos creativos que yo hago, al principio, se comienza fresh, relajado, botando ideas. Después de dejar de lado un poco los juegos y ponerse un poco más serios, hacer filtros de información, se llega al punto en que ya se ven las ideas claras (pero todo esto es preliminar a alguna decisión). Luego de tanta peripecia, llegamos al punto cumbre, el cual, desde hace días, me persigue y por el cual tengo que llevar miles de hojas y lapiceros o sino un celular cargado siempre en el bolsillo. 

Después de cada clase de creatividad, salgo con ideas sueltas en la cabeza, es como un combinado en mi mente. Todo esto se disipa para poder pelear por un lugar en el último bus que parte del paradero de la universidad: una vez adentro no me interesa si estoy sentado o parado, solo estoy contento de estar en él. Unas cuadras después de comenzar su marcha, comienzo a perderme en la calle, me quedo pegado mirando por la ventana o incluso viendo el piso de los carros, viendo cómo se comporta la gente y cosas por el estilo. De repente, POW! una idea relacionada al tema de la clase de creatividad llega a mi mente y comienzo a hilar ideas, pensamientos y frases sin sentido que estoy obligado a poner en mi celular o en donde pueda escribir, es algo instintivo. Ya varias veces me he quedado helado por las ideas que vienen a mi mente.

Si algo he aprendido de todo esto es que siempre vienen cosas muy pero muy locas a la mente, y todas estas cosas sirven a la hora de trabajar. Muchas veces cuando menos lo piensas, las grandes ideas florecen en la mente y eso hay que aprovecharlo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

"La Blanquirroja"

Si bien puede ser que no conozco mucho de futbol por “X” motivos, puedo decir que entiendo la publicidad de una forma extraña y única porque, al fin y al cabo, es a lo que me voy a dedicar. Hoy en día, estos dos elementos se unen de una forma armoniosa y gloriosa por todo el alboroto y movimiento causados por las Eliminatorias al Mundial de Brasil 2014.


Ahora que, si voy a tocar un tema tan polémico y controversial como el fútbol, tengo que tener cuidado con herir susceptibilidades a lo largo de este pequeño post. Hablaré de lo que claramente he observado a lo largo de las campañas que se quieren agarrar de esta fiebre tremenda que se hace llamar “LA BLANQUIRROJA”: tan extraña y tan loca que solo se presenta en épocas en las que nuestra querida Blanquirroja(camiseta) está por los aires y todos hablamos de santos y ángeles que iluminan los pies de los futbolistas y cabezas de entrenadores. No quiero sonar a comentarista deportivo, porque no lo soy; pero si quiero que se percaten de cómo nosotros, los publicistas, tenemos que conocer a nuestro público: conocerlo al punto de hacerlos llorar de la emoción con cada campaña, con cada spot, con cada mensaje que mandamos al mundo como una pequeña idea que nace en la cabeza.


¿Quién no ha visto la campaña de movistar? ¿Quién no ha sentido cada palabra dentro de su ser y la ha alojado dentro de uno como si fuera su propia historia? Esas son las cosas que una buena campaña tiene que manejar: poder conectarse con el público de una manera mucho más profunda, menos superficial.


Spot: "De Vuelta" - Selección peruana y Movistar.


Como dice en “De Vuelta”, el spot que ha presentado ahora Movistar -que, por cierto, tiene un gran trabajo de redacción- “… la selección está de vuelta”; el jugar con ese sentimiento que todo peruano tiene dentro del corazón es una mina de oro en la publicidad. En lo personal, cuando por primera vez vi ese spot, se me erizó la piel, se me movió el corazón, me enseño que con fe y con garra todo se puede. A pesar de que Movistar no sea una empresa muy bien vista por los peruanos, por medio de campañas como esta, logra una forma muy peculiar de llegar y calar en nosotros, de incluirnos en un mundo que es pseudo perfecto.

Con esta pequeña idea termino el post de hoy: el país es el mismo con eliminatorias o no, así que no olvidemos lo que esta campaña de movistar nos hace recordar. Estemos siempre orgullosos de nosostros mismos y veamos el lado positivo de lo que tenemos al frente.