viernes, 21 de octubre de 2011

El ocio creativo: un ocio no tan ocio


Como diría Luciano, mi profe de creatividad publicitaria, y muchos más “un proceso creativo es algo por lo que pasamos todos para poder conseguir ideas”: lo usamos para proyectos empresariales, para el arte, para la publicidad; pero, para poder ver que está funcionando, que estamos pensando de una forma acertada, tenemos que ver las ideas fluir. Por “ver” las ideas fluir no me refiero a  romperse el coco pensando y ver como la sangre corre, sino a seguir una serie de pasos, como todo buen proceso, para poder llegar a una satisfactoria conclusión.

El proceso creativo tiene muchas partes, pero, en esta ocasión, para explicar algunas experiencias un poco extrañas que están ocurriendo en las últimas semanas, solo me centraré en uno de los pasos: EL OCIO CREATIVO. Para poder llegar a este paso, hay que pasar una serie de obstáculos o ir sorteando una sucesión de niveles que van aumentando su dificultad a medida que vamos avanzando, como si fuera un video juego. 

En los procesos creativos que yo hago, al principio, se comienza fresh, relajado, botando ideas. Después de dejar de lado un poco los juegos y ponerse un poco más serios, hacer filtros de información, se llega al punto en que ya se ven las ideas claras (pero todo esto es preliminar a alguna decisión). Luego de tanta peripecia, llegamos al punto cumbre, el cual, desde hace días, me persigue y por el cual tengo que llevar miles de hojas y lapiceros o sino un celular cargado siempre en el bolsillo. 

Después de cada clase de creatividad, salgo con ideas sueltas en la cabeza, es como un combinado en mi mente. Todo esto se disipa para poder pelear por un lugar en el último bus que parte del paradero de la universidad: una vez adentro no me interesa si estoy sentado o parado, solo estoy contento de estar en él. Unas cuadras después de comenzar su marcha, comienzo a perderme en la calle, me quedo pegado mirando por la ventana o incluso viendo el piso de los carros, viendo cómo se comporta la gente y cosas por el estilo. De repente, POW! una idea relacionada al tema de la clase de creatividad llega a mi mente y comienzo a hilar ideas, pensamientos y frases sin sentido que estoy obligado a poner en mi celular o en donde pueda escribir, es algo instintivo. Ya varias veces me he quedado helado por las ideas que vienen a mi mente.

Si algo he aprendido de todo esto es que siempre vienen cosas muy pero muy locas a la mente, y todas estas cosas sirven a la hora de trabajar. Muchas veces cuando menos lo piensas, las grandes ideas florecen en la mente y eso hay que aprovecharlo.

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